El origen evolutivo de la mano humana

Tradicionalmente se ha visto al ser humano como el corredor más destacado en esa supuesta carrera que algunos entienden por evolución. Uno de los últimos estudios publicados por el Institut Català de Paleontologia contribuye a contrarrestar esta visión antropocéntrica de la evolución ya que demuestra que la mano humana es la que menos se ha alejado de la forma que tenia en el antepasado común con chimpancés, gorilas y orangutanes.
Una investigación del Institut Català de Paleontologia basada en los fósiles del Pierolapithecus catalaunicus (considerado un homínido muy primitivo, que habitaba lo que ahora es Catalunya hace unos 12 millones de años), también conocido como Pau, ha aportado nuevos datos al origen de los homínidos actuales (chimpancés, gorilas, orangutanes y humanos), concretamente en lo respectivo a la forma de sus manos y la manera de desplazarse derivada de esa forma.
El trabajo, que ya está disponible en su versión digital, será publicado en la prestigiosa revista internacional Journal of Human Evolution, la más importante en el campo de la evolución humana.

Los investigadores han hecho un estudio de la forma y el tamaño de las falanges de la mano del Pierolapithecus y las han comparado con las de los humanos modernos, así como con las de diversas especies de primates actuales y fósiles, con el objetivo de buscar a cuál de estos grupos se parece más.
Los chimpancés, gorilas y orangutanes utilizan sus manos a modo de gancho para colgarse de las ramas de los árboles y de la misma forma, tienen un pulgar corto que no utilizan para moverse.
Muchas teorías clásicas apuntaban a que el ancestro del grupo de los homínidos debía tener una mano larga como la de estos primates y que, con el tiempo, los humanos habríamos reducido la longitud de nuestras manos para poder manipular objetos de una forma más precisa y ser capaces, por ejemplo, de fabricar herramientas.
En cambio, Pierolapithecus muestra que la mano de los primeros homínidos era corta y con un pulgar relativamente largo que serviría para desplazarse a cuatro patas por encima de las ramas agarrándose de forma segura en lugar de colgarse. Esto indicaría que la mano humana tendría una estructura general más primitiva que la de los orangutanes, los chimpancés o los gorilas actuales.

Por lo tanto, parece ser que chimpancés, gorilas i orangutanes no son especies "que se han quedado por el camino" en la evolución hacia los humanos sino que en determinados aspectos han evolucionado tanto o más respecto el antepasado común como nosotros mismos, siguiendo su propio camino.
Fuente: Institut Català de Paleontologia

0 comentarios:

Publicar un comentario