Centro de Primates del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva






A primera vista Leipzig es una ciudad normal, habitada – como cualquier otra ciudad del mundo- por miles de primates humanos. Sin embargo, si se busca un poco más, descubrirán que se trata de la única ciudad del planeta donde poder observar juntas las cuatro especies de grandes simios que existen hoy en día: orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos.

Hace ya tiempo que Redes tenía pendiente la visita al Zoológico de Leipzig donde llevan a cabo sus investigaciones los científicos del Centro de Primates del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva . Este centro está dirigido por el primatólogo Josep Call, que estudia el comportamiento y la inteligencia de estas cuatro especies de grandes primates, nuestros parientes dentro de la familia de los homínidos.

En Leipzig nos acompañó el gélido invierno, la nieve y el hielo, lo que no impidió que Eduardo Punset y Josep Call pasearan por el recinto del zoológico mientras repasaban las diferencias y similitudes entre humanos -los últimos primates aparecidos en el planeta- y los grandes simios.

Redes va a dedicar dos episodios a ver qué nos enseñan los simios sobre nuestro propio comportamiento y sobre la importancia del entorno que nos toca vivir a la hora de definir nuestras habilidades, nuestra creatividad y nuestra sociabilidad.

http://www.redesparalaciencia.com/2838/redes/2010/redes-59-somos-primates-1ª-parte





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2 comentarios:

Toni Segarra. dijo...

Los animales -los simios- tienen el mismo paradigma que nosotros: conservar la vida -comer y beber, dormir, defenderse y reproducirse-.
La pregunta es: ¿Qué les pasaría a unos simios si vivieran siempre con una familia humana a lo largo de doscientos años? ¿Se aceleraría su evolución? Es preciso que así fuera, pero sería inviable.
Te envío este texto, por si te interesa y lo quieres leer. Si quieres comentar alguna cosa, de acuerdo.
Con afecto y con cariño
La no-violencia se ha pregonado una y otra vez en política, en religión y por diferentes líderes. La no-violencia no es un hecho, tan sólo es una idea, una teoría, un montón de palabras; el hecho real es que somos violentos, es un hecho, es ‘lo que es’. Pero no somos capaces de comprender ‘lo que es’ y por eso, inventamos esa tontería que llamamos la no-violencia, lo cual genera un conflicto entre ‘lo que es’ y ‘lo que debería ser’. Mientras persigamos la no-violencia estaremos sembrando la semilla de la violencia; es algo tan obvio. Así pues, ¿podemos mirar juntos ‘lo que es’ sin evadirnos, sin ningún ideal, sin reprimirlo o escapar de ‘lo que es’?
Existen diferentes formas de violencia. ¿Debemos investigar cada tipo de violencia o abarcar toda la estructura de la violencia? ¿Debemos mirar todo el campo de la violencia o sólo una parte de ella?... La fuente de la violencia es el ‘yo’, el ego, el mí que se expresa a sí mismo de muchas maneras: en la división, en el tratar de convertirnos o ser alguien más, lo cual en sí mismo es una división del ‘yo’ y el ‘no yo’, del consciente y el inconsciente; el ‘yo’ que se identifica con la familia o la no familia, con la comunidad o la no comunidad, etc. Es como una piedra que arrojamos en un lago, las ondas se extienden y extienden, y el centro es el ‘yo’. Mientras el ‘yo’ exista en cualquiera de sus formas, sutil o abiertamente, habrá violencia.La violencia no sólo es matar a otro.
Hay violencia cuando uno emplea una palabra agresiva, cuando hace un gesto de desprecio a una persona, cuando obedece porque tiene miedo. De modo que la violencia no es sólo la matanza organizada en nombre de Dios, en nombre de la sociedad o del país, la violencia en mucho más sutil, más profunda, y estamos investigando la profundidad de la violencia en sí misma. Cuando dice que es indio, musulmán, cristiano, europeo o cualquier otra cosa, está siendo violento. ¿Sabe por qué es violento? Porque se está separando del resto de la humanidad. Cuando se separa a sí mismo por creencia, por nacionalismo, por tradición, eso genera violencia. Así pues, un hombre que quiere comprender la violencia no pertenece a ningún país, a ninguna religión, a ningún partido político o sistema, sino que se interesa en comprender a la humanidad. JKOnline
La guerra, es la violencia es su máxima expresión. Donde la destrucción y la muerte, también es a su máximo nivel. Ahora, hoy, los hombres, llamados los más civilizados, lanzan miles y miles de toneladas de bombas sobre un país, Libia.
¿Por qué hacen esto? Lo hacen por envidia, celos, odio y miedo, por expandir sus intereses, es decir, por egoísmo. La guerra, es la acción del "yo" de una manera desenfrenada y casi demente, justamente cuando el hombre contiene su máxima energía destructiva. Sabemos justificarlo todo; y, la guerra también la justificamos. Toda justificación es infinita, pero toda negación también lo es. ¿Qué podemos hacer para que los asesinatos en masa, que es la guerra no sea? Se pueden hacer muchas cosas, pero la principal es erradicar, primero que nada, la guerra que hay dentro de nosotros. Sino, qué sentido tiene todo lo que hagamos. Sería como intentar apagar un fuego, pero a la vez darle más combustible. Por tanto, descubramos qué es lo que da vida a esa guerra, que es tan nuestra, que la llevamos todos los días para el al combate. No esperes que alguien te solucione esa guerra que hay dentro de ti, pues las bombas siguen cayendo, destruyendo las personas y toda la vida. T. Segarra.
http://tsegarsigmailcom.blogspot.com
Twitter: Mussol

Toni Segarra. dijo...

Este texto es el que completaba el anterior, que no había sido aceptado por su extensión, no permitida.
Para que cese la violencia y la guerra. Mientras no haya un cambio en la moralidad, siempre habrá guerra. ¿Qué diferencia hay entre Obama y Bush? No hay ninguna, porque los dos tienen la misma moralidad. No tienen la sensibilidad desarrollada, para darse cuenta que los problemas no se solucionan con violencia, lanzando millones de bombas, haciendo la guerra. Su sensibilidad es, la del egoísmo, no importa a quiénes tenga que asesinar y destruir, la cuestión es que tienen que seguir con su vida inmoral, derrochadora y despilfarradora. Y, mientras no cambie de paradigma, la moral, seguirán asesinando a seres humanos inocentes y vulnerables.
T. Segarra.
http://tsegarsigmailcom.blogspot.com
Twitter: Mussol

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