Obtenido del Blog http://www.somosprimates.com/ con el titulo original: I+D+i animal
Un mono capuchino utilizando una piedra para romper una nuez. (Imagen: usuario de Flickr.)
En el Reino Unido existe un sistema de distribución de leche que todos hemos visto en cine o televisión en alguna ocasión. A primera hora de la mañana, un repartidor deposita un número pactado de botellas de leche en la puerta de los hogares. A principios del siglo XX estas botellas no tenían tapa. Los pájaros tenían fácil acceso a la nata, que por su densidad, quedaba depositada en la parte superior. Dos especies diferentes de pájaros, herrerillos y petirrojos, aprendieron a extraerla con su fino pico.
Esta nueva fuente de alimento era más rica que su dieta tradicional y se produjeron adaptaciones fisiológicas del aparato digestivo para poder asimilar los nuevos nutrientes. En el periodo de entreguerras, los distribuidores, cansados del saqueo, comenzaron a poner unos sellos de aluminio que impidiera a los pájaros su extracción. Pero un día, un pequeño herrerillo aprendió a perforarlo propinando pequeños golpes secos a la tapa metálica.
A mitad de siglo, esta técnica se había difundido a la totalidad de la especie. Aunque algunos petirrojos habían conseguido hacerlo también por separado, nunca se extendió de manera masiva entre ellos. Los petirrojos fallaron y retrocedieron en número al no ser capaces de adaptarse a las nuevas circunstancias. El éxito de los herrerillos fue tal que se convirtieron en los pájaros de jardín más abundantes de la isla. En un principio, estas diferencias fueron atribuidas a la comunicación, pero descubrimientos recientes ponen de manifiesto que herrerillos y petirrojos poseen características similares, lo que invalida la hipótesis. La explicación quizás esté en la vida social. Los herrerillos viven en grupos de entre diez y doce individuos, se mueven juntos en bandadas y son especialmente tolerantes los unos con los otros. Por el contrario, los petirrojos son muy territoriales y rara vez aceptan la presencia de terceros. Los animales que viven en grupo parecen aprender más rápido y sus innovaciones tienen un mayor impacto en la población, pues la información es compartida rápidamente.
Dos innovaciones en el comportamiento de los macacos japoneses: el uso de aguas termales en invierno y el juego con bolas de nieve:
La primatóloga Jane Goodall define la innovación como una solución para un nuevo problema o una nueva solución para un problema antiguo, centrando la atención en el resultado final. Otras definiciones ponen el énfasis en el proceso, describiéndolo como una nueva manera de relacionarse con el entorno. Sea cual sea la definición correcta, vivir en un entorno tan cambiante como el nuestro, exige generar nuevas soluciones continuamente. Los organismos están por lo general bien adaptados a las condiciones más antiguas, pero pobremente a las nuevas. Afortunadamente, para poder enfrentar estas situaciones, los animales contamos con una enorme capacidad y flexibilidad para responder inventando nuevas técnicas y estrategias.
Existen multitud de ejemplos de innovación entre primates no humanos que van desde los baños en aguas termales de los macacos para pasar el frío invierno hasta la medición de la profundidad de los ríos con varas de madera de los gorilas y orangutanes. Más de doscientos casos de este tipo han sido registrados hasta el momento.
Un orangután utiliza una rama para medir la profundidad de un riachuelo:
El caso más paradigmático es el de los macacos japoneses de isla de Koshima. Un par de veces a la semana unos cuidadores aprovisionan a estos monos con trigo y patatas. En 1953, ante el asombro de los presentes, se observó una joven hembra llamada Imo, transportar varias de estas patatas hasta un arroyo de agua dulce cercano para lavarlas y evitar así el grave daño que produce la suciedad y la arena en los dientes. En el plazo de tres meses, su madre y sus hermanas ya habían adoptado las mismas conductas. La técnica se fue trasmitiendo de jóvenes a mayores hasta que se extendió a todo el grupo.
Algunos miembros comenzaron a lavarlas directamente en el océano, aún cuando las patatas estaban limpias. Aunque no sabemos porque, puede tratarse de un asunto de preferencias por los alimentos salados. Los que más tardaron en aprenderlo fueron los machos adultos. La razón puede ser que la transmisión del conocimiento depende del tiempo que los individuos pasan juntos. Los machos de esta especie suelen ocupar zonas periféricas y apartadas, lo que dificulta el aprendizaje. Dos años más tarde, Imo sorprendió de nuevo con una nueva solución: lavar el trigo en el agua para separarlo de la arena. Una vez más, el grupo entero adoptó rápidamente este nuevo sistema de lavado.
Los macacos japoneses de Koshima son un ejemplo de transmisión de cultura entre animales:
Pero ¿por qué algunas ideas se difunden y otras no? Los estudios con primates arrojan algo de luz al respecto. Algunas características que parecen ayudar a su difusión son: la utilidad percibida, la situación periférica o central del individuo que inicia el nuevo comportamiento, la compatibilidad con los valores del grupo, la simplicidad de funcionamiento, la facilidad para observar sus consecuencias y la receptividad de la audiencia. Otro tipo de mecanismos que intervienen son la neofobia (rechazo de la novedad) y neofilia (gusto por la novedad), la curiosidad, la flexibilidad del comportamiento, la familiaridad con los elementos y el conocimiento de los procesos sociales.
Y ¿qué clase de individuos innovan más? Los datos muestran que existen diferencias importantes. Por ejemplo, los machos son los mejores en la innovación tecnológica, pero las hembras son superiores en la obtención directa de recursos y la reducción de costes en tiempo y energía. En cuanto a la edad, los jóvenes producen un mayor número de variaciones, pero pocas llegan a difundirse porque no son compatibles con los modelos mentales del grupo. Las innovaciones sociales suelen originarse en los sujetos de mayor edad, que son los expertos de las dinámicas sociales. El rango y estatus también influyen en su aparición. Motivados por la necesidad, la mayor parte de las nuevas ideas surgen de individuos subordinados, lo que dificulta su expansión.
Según unas investigaciones realizadas por el biólogo Louis Lefebvre, de la Universidad de Montreal, la frecuencia de aparición de conductas innovadoras correlaciona positivamente con el tamaño del cerebro de los primates, especialmente el neocortex. También está asociado con la necesidad de un mayor tiempo de desarrollo cerebral, lo que se traduce en una dependencia mayor en los primeros años de vida. El neocortex es la estructura cerebral responsable del auto-control y de las normas sociales. De éstos y otros resultados podemos extraer la idea de que la producción de innovaciones, además de ser un proceso neurológico, posee un fuerte componente social y su éxito o fracaso depende del contexto y de su adecuación a los modelos mentales del grupo.
I D i animal
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